Está absolutamente demostrado que nuestra salud bucal tiene una destacada importancia en nuestra salud física general. Este aspecto, frecuentemente subestimado, puede tener una profunda influencia a la hora de desarrollar una enfermedad sistémica. Nuestra boca es como una ventana que refleja nuestra salud: los tejidos blandos y los dientes pueden mostrar lo que sucede en el resto del cuerpo. Por ello debemos mantener una óptima salud oral, con la que a su vez cuidamos nuestra salud general.
Los problemas que pueden derivar de la falta de higiene bucal son muchos, variados y tremendamente peligrosos. Las inflamaciones, por ejemplo, fruto de bacterias alojadas en nuestra boca, pueden ser causantes de numerosas enfermedades. Debemos tener en cuenta que cuando las bacterias que causan caries y periodontitis entran en nuestro sistema circulatorio provocan efectos nocivos en todo el sistema. Según diversos estudios, las personas que no se cepillan los dientes dos veces al día son más propensos a sufrir enfermedades cardíacas, riesgo que aumenta por 10 si sufrimos una enfermedad avanzada de las encías. A su vez, la incidencia de diabetes tipo 2 es 700 veces más alta si padecemos enfermedad de encías.
Otros efectos negativos en nuestra salud relacionados con la falta de higiene son la molesta halitosis, el riesgo de demencia (un 65% más), la neumonía (40%), la disfunción eréctil (50%), la enfermedad renal y muchas otras. Por ello debemos apostar por una correcta higiene, por cepillarnos los dientes al menos dos veces al día y por utilizar el hilo dental. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá.
