La tan temida, y tristemente común, halitosis es una dolencia bucal que se traduce en el mal aliento y el olor desagradable que emana de la boca de una persona al hablar o respirar. Se trata de un problema incómodo tanto para quien lo padece como, particularmente, para aquellos que lo rodean. Por regla general, la halitosis proviene de la putrefacción de los compuestos orgánicos que se acumulan formando una capa sobre la lengua. Para evitarla, o minimizarla, existen varias vías.
En primer lugar, y aunque mucha gente no lo ponga en práctica, es muy importante cepillarse la lengua. Con ello disminuimos el mal olor. Para hacerlo correctamente, retiramos la capa que se forma sobre ella con un limpiador de lengua (hay en farmacias) y después cepillarla suavemente varias veces desde atrás hacia delante empezando por lo más adentro de la boca posible. Debemos repetir este proceso al menos 2 veces al día.
Otra gran ayuda para erradicar la halitosis es la utilización de enjuagues bucales. Úsalos según la recomendación de tu dentista (mejor los que no llevan alcohol) y no con excesiva frecuencia ya que pueden provocar alguna irritación.
Finalmente, existen otras recomendaciones generales que nos pueden ayudar a combatir el mal aliento. Cepillarnos lo dientes tras cada comida, utilizar el hilo dental, visitar regularmente al dentista, tratarnos las caries y periodontitis, disminuir el consumo de café y alcohol, dejar de fumar y evitar un exceso de proteínas en nuestra dieta. Todo ello, unido a una correcta higiene, nos servirá para erradicar la halitosis.
